Un debate en torno a la legalización del cannabis estalla de nuevo. Esto se debe a la presentación de un proyecto de ley sobre el tema el año pasado.
Con el apoyo de una veintena de diputados, François-Michel Lambert, representante electo de Bocas del Ródano, presentó en junio de 2019 un proyecto de ley relativo a la legalización del cannabis. Lo defendieron 70 actores, entre figuras políticas, economistas y profesionales de la salud.
La revista L'Obs informó el 18 de junio que alrededor de sesenta médicos y funcionarios electos se habían unido al grupo, tras un relanzamiento.
Un enfoque pragmático como el adoptado por Canadá
En un contexto de desaceleración económica provocada por la crisis actual, las ventajas de despenalizar la posesión de cannabis podrían convencer a más de uno. Quienes defienden el proyecto de ley calculan que el nuevo mercado generará entre 2 y 2.800 millones de euros anuales. Además, creará puestos de trabajo adicionales (más de 30.000 puestos).
El consumo legal de cannabis también supondrá, para las autoridades, cientos de miles de detenciones menos al año. Por ahora, quienes consuman drogas se enfrentan a una sanción de 200 euros, desde el 16 de junio. La aplicación de esta medida afectará en última instancia a todo el territorio francés.
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Regular el mercado del cannabis para proteger a los residentes
Además de la legalización del consumo de cannabis, los defensores de la ley proponen que se inicie un debate público en torno a su explotación. La idea es lograr que la población ya no consuma estupefacientes del mercado negro con fines recreativos. Asimismo, los productores ya no tendrán que utilizarlo para venderlo.
Además, muchos funcionarios electos están discutiendo el uso de este medicamento con fines terapéuticos. Al contener numerosas virtudes medicinales, el consumo de cannabis permite, por ejemplo, luchar contra la depresión y superar el estrés. Los componentes de esta planta (incluido el cannabidiol) también contribuyen a reducir el riesgo de cáncer y trastornos del sueño.
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